Después de años de silencio, Marcelino Eduardo Britapaja, uno de los mejores e históricos jugadores de Huracán se refirió al duelo del domingo ante Jorge Newbery y recordó goles, anécdotas y dijo que “son partidos que se juegan con extrema responsabilidad”.

por Franco Córdoba

Principios de la década de los 70, y a mediados de los 80, el delantero que nació futbolísticamente en Sarmiento no sólo se convertía en goleador y figura, sino que fue mito y leyenda por muchos que nunca más supieron de “Pirulo”, del “Chueco” para sus amigos-hermanos que quedaron en Sarmiento.

Una charla y la emoción del futbolista. "Pirulo" dialogó  con Pasta de Campeón y recordó las hazañas en los clásicos entre Huracán y Jorge Newbery: “Había toda una preparación psicológica en la semana”, indicó.

“El primero de los clásicos que jugué con la camiseta de Huracán, de mi querido ´Globito´, fue de local en la cancha de la Loma. En la semana la previa era de muchos rumores, en un partido importante por los jugadores de ambos clubes, en el caso de ellos tenía a figuras como Marcos León, o el “Ruso” Markotic (NdR: Antonio Emilio)”, indicó el ex futbolista.

El futbolista surgido en el Deportivo Sarmiento afirmó que en la antesala al debut en los clásicos comodorenses “la preocupación era lo que significaba el mediocampo de ellos y de lo que representaba Markotic".

“Este encuentro era toda una responsabilidad. No era un partido de fútbol solamente, era un clásico barrial pero después se iba a ver reflejado en lo que pasara la siguiente semana”, agregó.

El 11 de noviembre de 1973, Huracán vencía al “Aeronauta” por 2-1, “con un gol de Jacobo Pichintinez, pero yo tendría que esperar por el mío”.

“Un amigo mío y compadre como Raúl Fuentes, con quien jugábamos en contra, vivía en el barrio donde eran de Jorge Newbery y perder contra nosotros era complicado, lo mismo de este lado de la vereda. Siempre se hablaba de que se arrugaba, pero los dos equipos siempre iban para adelante y el que ganaba no era más que por un poco de suerte o bien porque había hecho bien las cosas”, rememoró Britapaja, en medio de sonrisas y la nostalgia por su sentimiento hacia el fútbol de Comodoro, en especial por el “Globo” y su “Depo”, donde muchos amigos surcaron el sueño del fútbol profesional.

“Mi último clásico lo jugué en 1974 y justamente fue donde pude meter un gol”, recuerda el futbolista que tras su glorioso paso por Huracán pasaría por Vélez, All Boys, Talleres de Córdoba, entre otros, antes de emprender viaje al exterior.

Por último, Britapaja reconoció sus ganas de poder disputar nuevamente un clásico entre el “Globo” y el “Lobo”: “Una pena que no pueda estar dentro de la cancha pero si me gustaría disfrutar un clásico donde se juegue de verdad, con hombría y responsabilidad. El partido se merece ser disputado con categoría”.

Los clásicos no son para arrugar, siempre hay que ir al frente y dejar todo en cada pelota y en cada jugada. Eso me daba mucha felicidad”, cerró.