La aspirante a árbitra de la Liga de Fútbol suma experiencia en el torneo Integración y en el torneo Femenino. "Hoy entro a la cancha y mis oídos se apagan. Somos los únicos que no tenemos hinchada y a eso ya lo tengo incorporado”, aseguró.

El curso de árbitros en Comodoro Rivadavia le llamó la atención a Cristina López. Consultó si era para mujeres y se anotó. Quería entrar a un mundo nuevo luego de "aburrirse" de correr en 21km.

Antes de meterse en el mundo del arbitraje probó con el fútbol femenino en la capital petrolera. Vio que Oeste comenzaba a entrenar, y se acercó. Formó parte del primer plantel femenino de Valle C pero luego optó por las tarjetas, y por disfrutar del fútbol desde otro lado.

Cristina López: "sueño con que un día entremos tres mujeres a dirigir un partido oficial"

Cristina López, atenta desde la línea de cal, en el partido entre CAI y Diadema. (Foto: PDC)

“Un día vi que abrían inscripciones en la Escuela de Arbitros, pregunté si también era para mujeres, me dijeron que sí y me anoté. Antes de la pandemia, en marzo de 2020, empezamos las clases en el Huergo y después nos encerraron, así que empezamos a tener virtual”, le contó a El Patagónico.

En septiembre del año pasado se volvió a las clases presenciales y se reforzaron los entrenamientos físicos en cancha de Roca.

Le ha tocado estar en partidos del torneo Integración y del torneo Femenino, y ella va paso a paso pero con un sueño muy grande. “Sueño que en el día de mañana entremos tres mujeres a dirigir partidos oficiales”, confesó.

Por último, sobre su experiencia en partidos de Integración y Femenino detalló: “El fútbol femenino es mucho más ruidoso, me cuesta un poquito más porque hay mucho bullicio”, aseguró Cristina quien además explicó que: “con el varón es más fácil porque él generalmente viene de escuelita y va a jugar, el capitán habla, los calla y se terminó. En el fútbol femenino, como recién es oficial, es más difícil porque las mismas mujeres piensan que una, siendo mujer, va a cobrar cosas que no son, pero a las reglas de juego las conocemos y son claras”.

(fuente: El Patagónico)