Carina Muñoz hace 8 años sufrió un cáncer de mama y cuando se curó decidió volver a correr. Primero lo hizo en las calles, luego en la montaña y terminó corriendo La Misión, una carrera de 160 kilómetros que completó en 58 horas. Ahora, la atleta se propuso un nuevo objetivo: guiar un grupo de caminantes para pacientes oncológicos en control.

El deporte para muchos es una forma de vida. Carina Muñoz practicó de todo, desde King boxing, hasta vóley y hándbol. Por esa razón, cuando fue madre por segunda vez, y los tiempos se acortaron, decidió correr en la calle aunque sea media hora por día. Sin embargo, ella no sabía que esa actividad, unos años después, cuando venció al cáncer, sería su volver a vivir y su excusa para romper barreras de todo tipo.

Carina desde su recuperación no solo corrió en calle y montaña, sino también se volcó al ultramaratón y completó 50 kilómetros en Amanecer Comechingones y en Fiambala, 80 en North Face y 160 en La Misión de Villa La Angostura, donde hizo un tiempo de 58 horas, con solo tres de sueño.

Con solo 1,50 de altura y 54 kilos, Carina demuestra que es una todoterreno y ahora va por más: mañana iniciará las actividades con un grupo de caminantes para pacientes de cáncer en control.

La convocatoria es a las 10:00 en el Colegio Dean Funes y en forma libre y gratuita, confirmó a Pasta de Campeón.

“La idea surgió de ir procesando la enfermedad, porque a uno con el cáncer le cuesta todo después, desde hacerse los controles hasta revivir todo devuelta”, explicó.

“Entonces es buscarle otra vuelta a la conexión con el Cabin y también una necesidad mía de decir ‘¿qué hago?’ porque primero fui a los grupos de ayuda y me relacione con la gente de ahí y luego Leti Espinoza, la encargada de los talleres, tuvo la idea de que haga el grupo para que los pacientes vuelvan a reconectar con el cuerpo”, agregó.

UNA DURA LUCHA CONTRA EL CÁNCER

Carina en la actualidad tiene 43 años y a los 35 sufrió un cáncer de mama que la obligó a someterse a un duro tratamiento que incluyó una mastectomía radical, donde le sacaron todo, tres cirugías reconstructivas, quimioterapia y 50 sesiones de rayos.

La enfermedad prácticamente la tuvo tirada en la cama. Sin embargo, en el peor momento sabía que cuando una vez que derrote al cáncer iba a volver a correr y lo cumplió.

Carina primero comenzó con Kacike Team en las calles de Comodoro, con el objetivo de correr la Maratón de Crónica. Luego decidió probar en montaña y nunca más se bajó.

El ultramaratonista Mario Oyola fue entrenador para las carreras de larga distancia, donde Carina fue creciendo paso a paso. Según contó, su máximo objetivo era La Misión de Villa La Angostura y lo logró.

Ahora tiene una segunda meta: ayudar a otros pacientes oncológicos en control a apostar al deporte, como caminante, y por qué no quien lo quiera sumando kilómetros, tal como ella hizo en su momento.