Sergio “Chiquito” Romero es buscado por el Legia de Varsovia, un equipo que se encuentra disputando la Europa League y que tiene a la barra más peligrosa y polémica de Europa. Racistas, ultranacionalistas y antisemitas.

Ayer el sitio especializado en fútbol goal.com afirmó que el Spezia de Italia estaba interesado en los servicios del ex arquero de la Selección Argentina, Sergio “Chiquito” Romero, y hasta hace algunas horas era la última noticia que se conocía de Sergio.

Pero hace instantes una nueva noticia sacudió el mercado europeo. Romero aparece en el radar de un extraño club y, según informan, el equipo comenzaría las negociaciones en las próximas horas.

Se trata del Legia, equipo que milita en la primera división del fútbol de Polonia. El club polaco busca sustituir a Arthur Boruc de 41 años y las principales opciones son dos argentinos: Sergio Romero y Wilfredo Caballero. En las próximas horas, el equipo de Varsovia podría avanzar en alguna de estas contrataciones ya que ambos están libres.

El Legia se encuentra disputando la Europa League y el equipo es reconocido por ser uno de los más populares de este país. El club se fundó en la Primera Guerra Mundial y fue conocido como el equipo del Ejército de Polonia. Está entre los cuatro más ganadores de su país y parte de sus aficionados son de los más violentos del mundo.

De ultraderecha, homófobos, racistas y antisemitas son los hinchas del Legia de Varsovia que pertenecen a la barra que se ubica al costado norte del estadio. Esa parte de las tribunas es conocida como la ‘cuchilla’ y está liderada por un grupo conocido como los ‘Teddy Boys 95’.

Más que un grupo de hinchas los ‘Teddy Boys 95’ son una pandilla que se financia con el narcotráfico, varias veces han sido capturados por tener en su poder: marihuana, cocaína, heroína, éxtasis y metanfetaminas. A su líder lo llaman ‘Staruch’, que significa viejo en polaco, y entrenan artes marciales para estar preparados ante una pelea.

En los últimos años sus principales actos violentos se dieron en Nápoles, donde hasta incendiaron un carro, en Ucrania cuando protagonizaron una batalla campal con hinchas del Zorya Luhansk y en la Champions League hace poco al rociar con gas pimienta a aficionados del Borussia Dortmund y miembros de la seguridad de la UEFA.

Pero más allá de los hechos violentos, que lamentablemente son comunes en varias barras del mundo, los hinchas del Legia han causado polémica por otros actos. En 2004 perdieron la Copa de Polonia y ante la provocación de los jugadores del Lech Poznan invadieron la cancha y les robaron hasta las medallas.

Contra el Hapoel Tel-Aviv en la Europa League del 2011 sacaron una pancarta que decía “Jihad Legia”. Con este gesto mostraban su apoyo a la guerra islámica contra Israel, la UEFA lo consideró un gesto antisemita y una vez más sancionaron al club polaco.

Uno de los años más difíciles fue el 2014. Primero en la fase previa de la Champions eliminaron al Celtic pero por alinear un jugador que estaba suspendido le dieron la clasificación a los escoceses. Los hinchas respondieron poniendo un tifo gigante de un cerdo con el escudo de la UEFA y que decía “Porque el fútbol no importa. Solo el dinero”. Pocas semanas después en la Europa League los sancionaron por cantos racistas al arquero belga Boubacar Barry.