Jugó en la CAI, en Colón, en Defensa y Justicia, Tigre, también en el fútbol de Bolivia, Perú y en Italia. Pablo De Miranda por estos días está en Comodoro Rivadavia, luego de una experiencia jugando en la Serie D azurra. El defensor entrena con la CAI, esperando definir su futuro. 

Este miércoles el zaguero visitó los estudios de Fair Play, programa que se emite por la Cien Punto Uno, y con 36 años confirmó que quiere seguir jugando. “Uno quiere jugar al fútbol hasta donde dé, pero uno es realista y sabe que todo tiene un inicio y un final, pero hay que ir preparándose”, admitió.

En ese sentido, confirmó: “Me estoy capacitando, hice el curso de técnico, hice uno de director deportivo, me gustaría seguir ligado al fútbol porque amo esto. Pero mi idea es seguir ligado a este deporte; como técnico o como ayudante. Obviamente que tiene sus sacrificios, es una carrera nueva, como cuando iniciamos como futbolistas, iniciamos sin nada. Es un camino largo pero estaría bueno poder extender mi carrera futbolística uno o dos años, disfrutarla y después ver cómo podemos encararla”.

De Miranda debutó en la B Nacional a los 18 años y jugó más de 200 partidos con la CAI, llegando a ser capitán con solo 23 años. Luego llegó su oportunidad de jugar en Primera defendiendo los colores de Colón de Santa Fe, donde compartió vestuario con el Chacho Coudet, el Bichi Fuertes y el Chino Garce. 

Después llegaría Tigre y una mala experiencia con Caruso Lombardi, y más tarde Independiente de Mendoza, Ferro, Instituto, Defensa y Justicia, Oaxaca de México, Bloming de Bolivia, Manucci de Perú, Celaya y el fútbol italiano, donde jugó en San Luca, Fasano y esta última temporada en Rende de la Serie D.

Consultado por el balance de su carrera, De Miranda no duda. “Hice una carrera de la que no me puedo quejar. Creo que aprendí muchísimo, sigo aprendiendo ahora en esta categoría que estoy. Pero estoy agradecido de haber podido haber pasado por la CAI porque tuve la suerte de tener formadores que me fueron marcando: Mario Amado, Víctor Doria, eran técnicos que eran muy claros y muy directos para decirte las cosas. Después tuvo la suerte de tenerlo a Dalcio Giovagnoli a los 18 o 19 años, que es una etapa que seguís o te vas a estudiar, y él me marcó mucho en su formación, su carácter, en ser agresivo en las decisiones. Después nos pasó con Coca, y después de grande, ya profesional, el Turco Mohamed fue un técnico que me decía ‘disfrutalo más, no te presiones’, porque me presionaba porque no jugaba, pero me dijo, ‘relajate, disfrutalo, porque es hermoso. Tenía 23 o 24’.

Por estos días, De Miranda su futuro. Con 36 años, y padre de un hijo de seis meses quiere seguir jugando para luego seguir vinculado al fútbol desde otro rol.