“El minuto a minuto fue hermoso, estoy muy contento de haberlo podido vivir. Es un sueño hecho realidad, porque arranque de árbitro porque me gustaba el fútbol y ahora ser parte es muy lindo”, dice Nicolás Ibarnegaray, el árbitro de Comodoro Rivadavia que debutó como juez principal en el profesionalismo.

El último fin de semana, Ibarnegaray encabezó la terna del partido entre Cipolletti y Villa Mitre de Bahía Blanca. Para el juez fue un paso fundamental en su carrera, un largo camino en el que luchó mucho y peleó contra adversidades, como cuando tuvo que irse de un partido en patrullero o las veces que fue insultado, escupido y criticado tras un encuentro. 

Ibarnegaray asegura que el camino al profesionalismo fue muy largo, pero se queda con lo positivo. “Fue muy largo el camino, lo mucho que luche y todas las adversidades que uno va enfrentando con el pasar del tiempo. Pero no me quedo con lo malo, porque es lo que te enseña a crecer. Enfrentar todos los días esos problemas te va a generando una buena autoestima y te ayuda a crecer. Así que me quedo con lo bueno; las personas que siempre me apoyaron y ese día me estaban alentando”.

La semana previa no fue una semana buena para el juez. Sin embargo, eso no impidió que pueda meterse de lleno en el partido una vez que sonó el pitazo inicial.  Ibarnegaray tuvo un buen desempeño, según la crítica que recibió Juan Pablo Pompei, un árbitro de basta experiencia, “muy conocido en el ambiente” que fue su veedor.

Respecto a la devolución, Ibarnegaray aseguró que Pompei aprobó las dos tarjetas rojas que sacó y las amarillas que puso. Sin embargo, le hizo algunas correcciones respecto a posiciones que debe ocupar en el campo de juego y que están estipuladas por reglamento.

Ibarnegaray, el árbitro de Comodoro que hace carrera en el profesionalismo "Es un sueño hecho realidad”

UN ORGULLO COMODORO

De esta forma, el juez dio un gran paso en el profesionalismo. ¿Pero cómo comenzó esta historia?

Ibarnegaray nació en Salta y siempre fue un fanático del arbitraje. Según contó en el ciclo de entrevistas de Pasta de Campeón, “no tenía ninguna referencia, el único árbitro que conocía era el que estaba cuando iba a jugar”, pero siempre le tiro el referato.

Recuerda que de chico se hacía sus propias tarjetas y cobraba sus propias faltas. También que anotaba los jugadores en una hoja. Es que en el medio siempre estaba la pelota, jugando en un club o el barrio, hasta que un día, cuando ya era militar en Fuerza Aérea un superior le dijo que estaban dictado un curso de árbitro. 

Así, a los 20 años inició el cursó en Córdoba. Allí hizo el primer año y luego vino destinado a Comodoro Rivadavia. En la ciudad del viento, su mentor fue Rodolfo Russo, “el que me hizo llegar hasta acá”, confiesa.

Cuando estaba en Viedma llegó el momento de hacer el curso nacional. El primer año lo hizo en esa ciudad, pero el segundo en Buenos Aires, donde se recibió a los 25. Pero su camino estaba marcado en Comodoro Rivadavia.

Hace siete años y medio Ibarnegaray está en la ciudad, y asegura que la siente como propia. “Arbitralmente me hice acá. Siento que represento a Comodoro”, dice sin dudar. 

También sabe que el camino es largo, porque tal como dice “un fin de semana sos el mejor y el otro tengo un error y soy de nuevo el peor". Por eso, vive el arbitraje día a día. "Trato de pensar a corto plazo, porque es una carrera muy larga y yo recién di un paso, y es un maratón”, afirma sabiendo que ya puso pie en el profesionalismo, el primer paso para llegar a las ligas mayores.