Orgullo comodorense: Laura Villagrán y el rugir de una leona de la vida que tuvo su revancha
Con el ejemplo desde lo deportivo de su hermano Martín, entrenador de Gimnasia y Esgrima en la Liga Nacional, de la misma madera, la cabeza del seleccionado femenino chubutense ganó los Epade ante su gente. Ella repasa la consagración, su motor para salir adelante en medio de una enfermedad y, además, la palabra del propio entrenador del “Verde” en una pequeña historia de superación, amor y resiliencia, con el deporte como vehículo.

Para quienes alguna vez practicaron un deporte se sabe que hay infinidades de ejemplos y enseñanzas donde se entrelazan con la vida misma y que son de renaceres, revanchas y hasta de instantes duros para diferentes protagonistas en el nivel que fuere.
Para quien escribe esta publicación, una frase retumba en sus ideas y le pertenecía a Mario Acosta, el "Beto", aquel ex jugador y entrenador santiagueño, referencia en Federación Deportiva YPF, que en Comodoro forjó un camino, quedó en la memoria de chicos y chicas y que partió a jugar el encuentro de los eternos hace tres años.
"Cada uno juega al básquet como lo hace en la vida", así les decía a muchos jovenes en sus equipos y seleccionados que dirigía y donde muchos aún atesoran esa pequeña frase, pero potente consejo o enseñanza.
La historia de Laura Villagrán está ligada al deporte y al básquet, aunque también al profesorado de educación física y el ejemplo que tiene de su gran referente: su hermano, Martín, “Villa” para sus amigos de siempre, o el entrenador de Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia.
Una enfermedad y la lucha incansable por no sólo buscar calidad de vida, sino tratamientos médicos, una cirugía y el alejamiento del deporte de la "Naranja" para “Laurita” o la profe aquella que hace un año atrás estaba en Buenos Aires junto a su hermano y su madre. En el medio, miedos, dolores y la incertidumbre de lo que genera un momento duro en la vida de las personas.
UN AÑO DESPUÉS, LA GLORIA Y EL VALOR DE LUCHAR
Villagrán dirigía a su equipo femenino en Gimnasia, cuando la vida y su salud le avisaron que tenía que pedir un "minuto" para volver al banco y escuchar las indicaciones de los médicos, para luego intentar salir a la cancha y mantener su ventaja o ganar el partido de su vida misma.
Los médicos, sus cuidados, el amor de la familia y amigos y la energía hicieron que esta joven no sólo que saliera bien de la cirugía, sino que también siga encaminando su diaria con esfuerzo, cuidados y una energía que es la misma con la que gritó en la explosión final del partido que Chubut venció a Neuquén y en cada abrazo y llanto que tuvo cuando se abrazó con su hermano, su madre, sus sobrinos, sus amigos y sus chicas.
Siete concentraciones, un plantel y el seleccionado chubutense de básquet femenino que tendría en U15 la posibilidad de ser locales en los Juegos EPADE (Ente Patagónico Deportivo) o Juegos Patagónicos.
Laura Villagrán dialogó con PDC y decidió abrir su corazón y contar lo vivido desde la primera concentración junto a las chicas de lo que luego serían las 12 representantes de la provincia en el torneo a jugarse como locales.
“Por ahí durante la semana entera estaba enfocada en lo que pasaba con el torneo, pero al día siguiente a ganar se me vinieron un montón de imágenes en la cabeza de que justamente hacía un año estaba por entrar a un hospital y me tenía que ir de mi ciudad, dejar mi trabajo. Tuve mucho tiempo recuperándome y sí, lo pensé, lo pensé un montón”, aseguró Laura.
“De hecho parte de la charla técnica con las chicas fue eso, que les agradecía estar junto a mí en ese instante, sobre todo el trabajo que ellas también habían hecho y mucha responsabilidad, como compromiso. Más allá de que uno como adulto pueda ir viendo cosas, también necesita que las personas a las que uno guía respondan y la verdad que lo hicieron”, agregó sobre la ascendencia sobre sus dirigidas.
La entrenadora comodorense reconoció que a llegar a la final “ya se había ganado todo”. “Más allá del resultado que fue así y se logró conseguir la victoria en todos los partidos conseguimos, hay cuestiones como la formación de un grupo humano y también a ellas les indiqué que les agradecía mucho, porque hace un año yo estaba en otra situación, y en ese instante estaba disfrutando de algo que me gustaba mucho”, resaltó.
UN GRITO, UN DESAHOGO Y UNA IMAGEN INOLVIDABLE
Un instante del partido entre Chubut y Neuquén, el cual se definió en el final y donde las chicas de Villagrán supieron ganar con un plan de juego llevado a la perfección y donde la propia entrenadora valoró el trabajo y el apego de sus dirigidas porque todos los días buscaran mejorar y crecer en busca del objetivo.
“Lo merecíamos porque habíamos trabajado mucho, concentramos siete veces, y las nenas estaban muy bien, juntas como equipo. Se había puesto muy duro, porque las chicas de Neuquén habían planteado tácticamente bien la final, nos sacaron el correr la cancha que era lo que mejor hacíamos. Y en un instante decía ´por Dios que termine este partido, no terminaba nunca´”, agregó.
Chubut comenzó muy bien el cotejo final ante las neuquinas y se pusieron 12 puntos arriba en el marcador, pero su rival hizo muy bien las cosas y las alcanzó a un punto en el tercer parcial. Ahí es donde Villagrán contó que fueron minutos de juego y del partido en el que se le pasaron muchas cosas por su cabeza.
“Cuando decís no puede ser que hicimos todo bien durante todo el torneo, y ahora se lo lleven así, era parejo el partido, ellas habían hecho lo mismo en su campeonato, pero uno lo necesitaba también. Son muchas cosas como volver un año después a las canchas, sentir que había un montón de gente apoyándonos y fue hermoso, desde la familia, los amigos, los papás de las chicas, un marco re lindo siendo local y todo el mundo dando buena energía”, reconoció.
“En mi interior lo deseaba ganar, no sé si se llama manifestación o que, pero soñaba todos los días con que íbamos a lograr. Estaba muy confiada del trabajo que estábamos haciendo”, agregó.
LA FAMILIA, LOS AMIGOS Y UNA REVANCHA DE LA VIDA
La victoria consumada en el gimnasio “Don Luis González” del Club Germinal se vivieron instantes inolvidables y la entrenadora comodorense vio a sus costados como su madre Ida, su hermano Martín, sus dos sobrinos y amigos la apuntalaron con sonrisas y emoción.
“Ví que estaba mi familia con Martín, mi mamá, los nenes, y un entrenador que es parte de mis amistades como Gustavo Sapochnik. Fue reconfortante saber que uno no está solo, pero está re bueno que te acompañen y yo lo viví desde otro punto. Me saqué ese peso de encima por lo difícil de que el marco era divino, ser profe, mujer y ganar una final donde toda la gente está con el ojo mirándote y hay un montón de cosas que a una le pasan”, contó.
“Lo único que hice fue saludar a las chicas y después me fui directo a saludar a mi familia y la felicidad de decir gracias Diosito. Que te den la oportunidad, porque si no me hubiesen dado la chende de volver, yo que hoy no estoy con club y tampoco lo podría haber vivido así”, reconoció con emoción y casi sin voz en medio de la recuperación de los festejos y la alegría post objetivo conseguido.
MARTÍN VILLAGRÁN: “NUNCA SUFRÍ TANTO UN PARTIDO EN MI VIDA COMO EN EL DE LAURA”
Liga Nacional, selección Argentina, playoffs y cuanto torneo haya dirigido, el entrenador de Gimnasia y Esgrima le contó a PDC lo que fue vivir en carne propia el encuentro que le dio el título a Chubut y donde su hermana alcanzó el mismo trofeo que él en los EPADE hace más de una década.
“Pocas veces sufrí tanto viendo un partido de básquet, sobre todo porque estaba lleno de emociones y sabiendo de todo lo que ha pasado Laura, lo que ama este deporte y las cosas que hace como persona y entrenadora para poder estar ahí. No es fácil”, comienza “Villa” en una pequela charla, mientras su voz se entrecorta de la emoción y rememorar la consagración al comando de su hermana.
“Nunca es fácil ganar, llegar a este tipo de instancia, pero sobre todo para mí ella es una ganadora de la vida. Justamente a esta misma altura del año pasado estaba internándose para recibir una operación por su enfermedad y este año se encontraba con este grupo de nenas a la cual ella había entrenado en Gimnasia y no había tenido la posibilidad de estar el año pasado y con todas las de la provincia”, reconoce el propio entrenador que sellevó el mismo torneo que su hermana como técnico -en 2011 categoría U17- en un equipo que contaba con Enzo Amado, hoy en Club Valdivia de Chile, entre otros.
Con el pitazo final y la consagración, un abrazo familiar y las lágrimas que recorrieron los rostros de Ida, Martín, Laura y la consagración con lo más preciado que sienten los Villagrán como ejemplo que les dejó su padre: “la familia siempre”.
“Jugar de local a cancha llena con toda la familia y terminar invicta, la verdad que es un premio al esfuerzo, la dedicación, a la pasión que tiene ella y todo lo que transmite. Ella tiene una vibra muy especial y bueno por eso creo que todo lo que estábamos ahí lo estábamos viviendo de una forma hermosa”, reconoció en su rol como hermano.
“Había un montón de sentimientos de felicidad y ganas de que a estas nenas se les dé el torneo por cómo se había dado todo y sobre todas las cosas -en mi caso muy particular- porque es mi hermana la cual es una persona que adoro y amo con el alma”, cerró.
“Beto” Acosta dirá que “cada uno juega al básquet como lo hace en la vida", en este caso dirige como lo hace en la vida: con garra, sacrificio y lucha el que Laura Villagrán tuvo su revancha personal y deportiva de la mano de un seleccionado al que le dejó un sello y que junto a un plantel trabajado y con muchos de sus propios valores le dio un gran triunfo al seleccionado de Chubut, pero sobre todas las cosas… al de la vida.