Fernando Palacios es el hombre que burló la seguridad del predio de la AFA en Ezeiza y no solo pudo ingresar al búnker donde se entrenan los campeones del mundo de la Selección, sino que llegó hasta ellos, los saludó, preguntó por Lionel Messi y hasta se tomó fotos con él. La suya fue una aventura arriesgada, pero decidida: “Yo soy un fanático, un apasionado, y aunque cuando se dieron cuenta me sacaron a los empujones, para mí fue un día hermoso”, dijo a Todo Noticias sobre lo vivido.

Fernando atendió el teléfono y su saludo inicial dio cuenta de que la adrenalina aún recorría su cuerpo. “¡Hola, sí soy yo!”, dijo al ser consultado si él era la persona que se había colado en el predio de la Selección. “Tuve que hacer algunas gambetas, pero al final entré como si nada”, apuntó.

Fernando atendió el teléfono y su saludo inicial dio cuenta de que la adrenalina aún recorría su cuerpo. “¡Hola, sí soy yo!”, dijo al ser consultado si él era la persona que se había colado en el predio de la Selección. “Tuve que hacer algunas gambetas, pero al final entré como si nada”, apuntó.

El momento más increíble de la filtración de Fernando Palacios, de 30 años y habitante de la localidad de Azul, en el predio de la AFA en Ezeiza fue cuando al ver a Gio Simeone en el vestuario, le dio la mano y le preguntó: “Gio, ¿dónde está el 10, el más buscado?”.

Palacios contó a TN que el delantero argentino del Napoli le hizo un gesto con la mirada hacia donde estaba Messi. “Me hizo una seña de ojos, giré, lo vi a Leo y fue una emoción terrible. Ahí nomás me acerqué, le di la mano, le agradecí por tantas alegrías, él me dio la mano, estaba muy sorprendido, hice dos selfies rápidas porque tenía poca batería y estaba muy nervioso y ansioso y listo”, contó.

Fernando Palacios contó que apenas terminó de sacar sus nerviosas selfies con Messi, “llegó un utilero mala onda y me sacó. Llamó a un seguridad, ahí me retaron, me sacaron a la fuerza, a los empujones, me tomaron los datos y nada más”, aseguró.

Lejos de asustarse, Fernando decidió volver a su ciudad. “Ahí me tomé un colectivo de Cañuelas a Monte Grande y de ahí a Azul. Llegué esta mañaba a las 10, descansé un rato y listo. Yo estoy feliz. Me gusta mucho el fútbol, estoy haciendo el curso de técnico y hubiese querido ver al Chiqui Tapia para hablar con él. Acá, en Azul, todo es muy amateur, por eso cuando voy a las grandes ciudades me conmuevo, siento mucha pasión y bueno, si encima puedo llegar a Messi, ¿por qué no lo voy a hacer?”, finalizó.