A los 15 años, Renzo Balochi sobresalió en una prueba de San Lorenzo en Sarmiento, pero no pudo viajar a Buenos Aires por razones familiares. Luego dejó el fútbol, y en febrero decidió volver al Deportivo Sarmiento para entrenar. Con dos partidos en Reserva, el cuerpo técnico lo subió a Primera donde convirtió tres goles en tres partidos ingresando desde el banco de suplentes.

La chance de San Lorenzo resurgió, lo llamaron y viajó el domingo pasado a Capital Federal por lo que mañana completará una semana entrenando en la Quinta División a prueba. "El domingo pasado llegó a Capital Federal, llamaron del cuerpo técnico de San Lorenzo para que venga a probarme. En el 2015 fueron a Sarmiento y ahí me vieron, en aquel momento no pude venir por razones familiares y recién ahora se está dando. Fueron varios días de pruebas, entrenando con la Quinta, re bien el trato con ellos. Me incluyeron enseguida y por ahora estamos haciendo todo fútbol. Tuvimos una parte de musculación, pero es todo trabajo con pelota. Me sentí cómodo", le contó Balochi a Pasta de Campeón desde Buenos Aires.

La semana de prácticas terminará y el chubutense regresará al sur, aunque no sabe como seguirá su futuro. Fue un evaluativo y luego se tomará una decisión. Balochi cursa el último año de la secundaria, y si bien jugar al fútbol siempre fue su sueño, no descuidará los estudios. "Estoy tranquilo, no hay nada definitivo, y espero que las cosas se den de la mejor manera. Vengo bien físicamente trabajando con el profe Fede García, y en lo futbolístico hay que tomar ritmo. En febrero volví al club, por razones personales había dejado un tiempo. La verdad que estoy de la mejor manera viviendo esto. Ojala las cosas se den, estoy tranquilo y contento por cómo se vienen dando las cosas. No hay nada definitivo. Hay que seguir trabajando para seguir cosechando cosas", explicó desde Capital Federal.

Al estar una semana entrenando en la Quinta División "azulgrana", el jugador sarmientino se muestra contento y feliz, pero asegura que el ritmo de allá es otro, pero "nada fuera de lo normal".

"Uno tiene que dar todo siempre. Feliz de esta oportunidad, y no sé si hay mucha diferencia en lo futbolístico, si el entrenamiento es diferente en Comodoro y Buenos Aires. Hay otro ritmo pero nada fuera de lo normal", sentenció el jugador de 18 años que vive un sueño.