El actual entrenador de la Selección Argentina tiene una historia particular dentro del mundo del fútbol. Tal como escribieron su historia dentro de este ámbito José Mourinho, Maurizio Sarri y Arrigo Sacchi, entre otros, Jorge Sampaoli no jugó al fútbol profesionalmente y esa espina le sirvió para abocar su carrera a la dirección técnica.

El “Zurdo”, como le dicen en su ciudad, era empleado bancario en Casilda, pero su cabeza solo pensaba en fútbol las 24 horas. Tal como cuentan sus ex compañeros de trabajo en el documental de su vida,  “La revancha del ninguneado”- el cual no quiso ver por no estar de acuerdo con el nombre- Jorge solo pensaba en cómo estar las menos horas posibles dentro del banco para pensar en cada entrenamiento que debía desarrollar en Alumni o Belgrano, primeros clubes que dirigió y que intentaba revolucionar con sus formas.

En su primer libro, “No escucho y sigo”, Sampaoli cuenta que su carrera estuvo influenciada netamente por Marcelo Bielsa. El mismo entrenador explica que salía a correr por la ciudad escuchando las conferencias de prensa del “Loco” y que eso estimulaba sus conocimientos y sus conceptos para llevar a cabo el liderazgo y las ideas en un campo de juego.

Luego de dirigir Alumni, Sampaoli se hizo cargo de Belgrano de Arequito, Argentino de Rosario y luego saltó al fútbol peruano, donde fue técnico del Juan Aurich, Sport Boys, Sporting Cristal y Coronel Bolognesi.

Pero el país donde abrazó la gloria y mostró su mejor versión fue Chile. Primero en O'Higgin y  luego en Universidad de Chile, quizás, el equipo con el que logró demostrar sus ideales “bielsistas” a flor de piel. Ese equipo era dinámico, vertical, intenso y atacaba con muchos jugadores. De esta forma y con este estilo logró salir campeón del torneo chileno y de la Copa Sudamericana, títulos que le abrieron las puertas para comandar la selección de este país.

El “Zurdo” se hizo cargo de una selección y una camada que venía de ser adiestrada por Bielsa, su “maestro” en ese entonces. Tuvo que pulir algunos detalles, sumar algunos pocos jugadores, y continuar la idea vertiginosa, agresiva y ofensiva que esta selección venía demostrando con el exentrenador de Argentina en el Mundial 2002.

Aunque Jorge siempre admiró a Marcelo, en varias entrevistas y en su primer libro afirmó que prefiere no conocer al “Loco” personalmente para no perder el respeto y la idolatría que siempre tuvo por él.

El desenlace con Chile ya lo conocemos. Posicionó a esta selección en los octavos de final del Mundial de Brasil 2014, luego de clasificar segundo en el grupo, y se consagró campeón de la Copa América 2015 tras vencer por penales a la Argentina, que en ese entonces era dirigida por el “Tata” Martino.

Luego de una salida conflictiva de Chile, el DT emigró al fútbol español y se hizo cargo del primer equipo del Sevilla. En este proceso, el “Zurdo” mutó sus pensamientos, ideas y estilo de juego. Quizás, la separación con Sebastián Beccacece – ayudante de campo desde su periodo en Perú- y la cercanía con Juan Manuel Lillo- entrenador español que sumó al cuerpo técnico en esta etapa- tuvo algo que ver en estos cambios. Lo cierto es que el Sevilla de Sampaoli fue diferente a todos los equipos que comandó.

El juego de posesión, la creatividad y la imaginación se hizo religión en Jorge, todo lo contrario a lo que venía desarrollando años anteriores, ya que tenía como principio básico en su trabajo la mecanización, la repetición y la planificación.

En su segundo libro “Mis latidos”, el “Zurdo” se desliga completamente de la comparación con  Marcelo Bielsa: “a mí me comparan con Bielsa porque me identifico en cuanto a valores, ya que no los modifica  y porque piensa en el arco rival más que en el propio. Pero las formas son otras. Mis equipos juegan distintos a los de él. Marcelo es un entrenador que planifica mucho más, que es más exigente con la repetición. El no cede nunca su postura y yo la manejo de acuerdo a la circunstancia. Yo he ido cambiando, más allá que me guste como el conduce, hay cosas que no las comparto. Para que quede claro, lo admiro pero no soy bielsista”.

En esta etapa de seleccionador argentino, el DT afirma en su último libro que “no planifica nada” y que todo surge en su cabeza cuando tiene que surgir: “Brota naturalmente en el momento oportuno. Odio la planificación. Si planifico me pongo en el lugar de un oficinista. El fútbol no se estudia, se siente y se vive. Pero parto desde ahí. Yo soy de la calle, negar eso es imposible”.

En “No escucho y sigo”- frase de “Pato” Fontanet- Sampaoli cuenta que en sus primeros contratos tenía solo tres partidos para cautivar a los dirigentes para que no lo echen. A partir de ahora, el entrenador que dirigirá a la Selección Argentina en el próximo Mundial de Rusia tendrá siete partidos para cautivar a una nación con sed de gloria.

¿Con cuál de las dos ideas nos encontraremos en este Mundial?

“POR AMOR Y PORQUE ASÍ LO SIENTO”

Una de las formas de motivar de Jorge Sampaoli es a través de la música. Callejeros, La Renga y Los Redondos son algunas de las bandas preferidas del técnico, quien entiende el rock como una filosofía de vida para aplicar a su liderazgo de equipos. Combina la música y el fútbol, tal como lo demuestra en sus tatuajes.

En varias oportunidades, el DT se acercó al penal de Ezeiza para visitar a su amigo Patricio Fontanet- ex cantante de Callejeros- quien hace poco menos de un mes recuperó su libertad tras cumplir su condena por la tragedia de Cromañón. Más allá de la cercanía con el actual cantante de Don Osvaldo, al momento de reconocer a su ídolo musical Sampaoli no duda en elegir al Indio Solari, a quien califica como “el más grande del rock argentino”: “estoy muy vinculado a ese tipo de música. Me inspira mucho por su manera de sentir la vida y de vivirla”, declaró siendo el entrenador del Sevilla.

Además de su fanatismo por el rock, el técnico nunca negó sus ideologías políticas y contó en el año 2015 que admiraba a Cristina Kirchner por “sus valores y los de Néstor”: “me identifico con ellos porque lucharon contra los poderes de turno”, comentó en La Capital de Rosario el “Zurdo”, quien llevaba en su piel la frase “no se vive celebrando victorias, sino superando derrotas”, del “Che” Guevara.

Además,  reveló en esa entrevista que en la dictadura militar fue detenido “por hacer reuniones”. “Mi padre fue policía y sufría mucho por mí en esa época. Tuve la suerte de que el era policía, sino hubiese sido un desaparecido más”, comentó.