Fue promesa de Boca, jugó un Mundial con la selección argentina y sorprendió a todos con su impensado trabajo
Si bien prometía mucho, el joven encontró una nueva oportunidad y tranquilidad en el ámbito laboral, alejado de las exigencias y la incertidumbre del deporte profesional
Nicolás Pinto, un joven de 28 años, se encuentra trabajando como maletero en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, lejos de las canchas de fútbol que alguna vez lo vieron brillar. Su historia es un claro ejemplo de cómo el deporte más popular del mundo puede ser caprichoso e impredecible.
Pinto comenzó a jugar al fútbol a temprana edad en las divisiones inferiores de Boca Juniors, uno de los equipos más importantes de Argentina. Allí, sus habilidades y talento natural llamaron la atención de los ojeadores, y pronto se convirtió en una de las promesas de la cantera xeneize.
"Recuerdo esos días en la Quinta con mucho cariño", contó Pinto con nostalgia en diálogo con Olé. "Éramos un grupo de chicos que soñábamos con llegar a la Primera y triunfar en Boca. Teníamos una química increíble y trabajábamos duro todos los días para conseguir nuestro objetivo".
Esa dedicación y esfuerzo dieron sus frutos cuando Pinto fue convocado a la Selección Argentina Sub 17. En 2013, el joven mediocampista vistió la celeste y blanca y participó en el Mundial de la categoría. "Fue una experiencia única, jugar un Mundial representando a tu país. Algo que pocos pueden decir que han hecho", recuerda con orgullo.
Tras su paso por la Selección, donde compartió equipo con Mauro Icardi, Pinto continuó su carrera en clubes más modestos como Tristán Suárez y Talleres de Remedios de Escalada. Si bien no llegó a debutar en la Primera División de Boca, el exjugador afirma que tiene "muchos buenos recuerdos" de esa etapa.
DE JUGAR EN BOCA Y LA SELECCIÓN A SER MALETERO DE AEROLÍNEAS ARGENTINAS
Sin embargo, en 2022, a los 26 años, Pinto tomó la decisión de colgar los botines. "Fue una decisión difícil, pero en ese momento sentí que era lo mejor para mí y mi familia", explica. "El nacimiento de mi hijo fue un parteaguas. Quería estar más presente y tener una mayor estabilidad".
Fue entonces cuando se le presentó la oportunidad de trabajar como maletero en Aerolíneas Argentinas. "Honestamente, cuando me lo propusieron, dudé un poco. Después de tantos años en el fútbol, era un cambio radical. Pero finalmente decidí darle una oportunidad", confiesa Pinto.
Hoy, el exfutbolista se encuentra adaptado a su nueva rutina. "Son jornadas largas, de 12 horas, pero ya me acostumbré. A diferencia del fútbol, acá no le tengo que estar rindiendo cuentas a nadie", afirma con tranquilidad.
Pese a haber compartido vestuario con jugadores de la talla de Mauro Icardi, Pinto reflexiona con serenidad sobre su carrera y las decisiones que lo trajeron hasta aquí. "A veces el fútbol es injusto. Hice todo lo que estuvo a mi alcance, pero por X o Y razón, no se dio la oportunidad que tanto anhelaba", comenta.
Además, Pinto mantiene su vínculo con el deporte que lo vio nacer. Cuando tiene tiempo libre, juega al fútbol amateur en la Copa Potrero, en el equipo de su cuñado, el Kun Agüero. "Es mi momento de desconexión, de volver a sentir la pelota. Eso nunca lo voy a perder", asegura.