Escándalo en Newell’s: sancionaron a seis nenes por sacarse una foto con "Nacho" Malcorra
Una decisión que generó revuelo e indignación. Newell’s Old Boys suspendió por tres meses a seis chicos de 9 años que juegan en las divisiones formativas del club luego de que se viralizara una foto de ellos junto a Ignacio Malcorra, referente de Rosario Central.
El hecho ocurrió hace tres meses, durante un partido infantil disputado en Funes frente a Defensores. Allí estuvo presente el volante canalla, autor de dos goles en los últimos clásicos y una de las figuras del equipo auriazul. Como cualquier admirador del fútbol, los chicos se acercaron para pedirle una foto, sin imaginar las consecuencias que eso les traería.
La imagen se viralizó rápidamente en redes sociales y desató el enojo de algunos hinchas leprosos. Pocos días después, la institución tomó una polémica decisión: "licenciar" por tres meses a los chicos involucrados, impidiéndoles participar de los entrenamientos y partidos. Actualmente, les resta cerca de un mes para cumplir la sanción.
Los chicos pertenecen a la Escuela Malvinas Argentinas, ubicada cerca del estadio Marcelo Bielsa, y según confirmó el propio presidente de Newell’s, Ignacio Astore, la medida fue tomada "de común acuerdo con los padres", aunque los fundamentos generaron aún más controversia.
Desde el club sostuvieron que la decisión se tomó "para cuidarlos", argumentando que habrían recibido amenazas tanto por parte de la barra como de algunos simpatizantes que pedían que sean expulsados del club.
Carlos Panciroli, coordinador del predio, fue más allá: en diálogo con La Capital de Rosario, confirmó que a los chicos también se les retiró la beca que tenían. "Los chicos son las víctimas porque la foto la generaron los padres. Esto es un correctivo interno para que no se repitan estos errores de subir fotos. Cada uno puede hacer lo que quiera, pero no con la ropa de Newell’s. Hay que respetar el escudo y sentar un precedente", señaló.
La noticia generó una ola de críticas en redes sociales y en el ambiente futbolero, donde muchos apuntaron contra la desmesura del castigo y la politización de un gesto genuino de admiración infantil. Mientras tanto, los verdaderos protagonistas —los chicos— siguen esperando volver a hacer lo que más les gusta: jugar al fútbol.