El exfutbolista comodorense Pablo “Pitu” Barrientos brindó una extensa entrevista a Infobae en la que habló de su presente, sus años como jugador y contó algunas perlitas imperdibles.

“El fútbol me dio mucho más de lo que soñé, cuando me fui de Comodoro. Por ahí entonces decía: ´Si juego un partido en la Primera de San Lorenzo, cumplí mi sueño´. Pero después les vas tomando el gustito a esto y decís ´ahora quiero jugar 10 partidos´ o ´ahora quiero salir campeón´. Y me pasó mucho más de lo que soñaba”, comenzó relatando Pablo César Barrientos en una extensa nota que le brindó a Infobae.

En la entrevista, Barrientos realizó un repaso por su trayectoria y su actualidad como manager de Jorge Newbery y empresario. Sobre sus primeros pasos en San Lorenzo y su amistad con Lavezzi, “Pitu” contó que “era divertido, les teníamos tremendo respeto a los grandes, pero los grandes también a nosotros, era sano. Había jodas, pero siempre dentro de un contexto. Se nos facilitaba un montón. La pasábamos muy bien. Imaginate que llegó una figura como Paolo Montero, entrenábamos a la mañana, comíamos en el vestuario con los utileros y por ahí eran las 4 de la tarde y seguíamos en el club”.

“Una vez le rayaron con un marcador unas zapatillas verdes nuevas que había llevado el Negro Ramírez, por ejemplo. Un día me fui a cambiar y no tenía la ropa. Otro día me sacaron la llave del auto y me tuve que ir a mi casa en taxi. Veía el auto estacionado en el club, no lo podía usar y me quería matar. Recién a los dos días me dieron la llave. Te hacían calentar”, comentó.

Sobre si continúa hablando con Lavezzi, explicó que “hablamos con Pocho, sí. Pero hablamos normalmente, ya estamos grandes, así que hablamos serios... Aunque las jodas siempre están, ja”.

El 29 de junio de 2004 el fútbol colocó un mojón en su historia. Lionel Messi debutó en la selección argentina frente a un combinado Sub 22 de Paraguay. La albiceleste se impuso por 8 a 0 y la Pulga saltó al campo con el dorsal N° 17, anotó el 7-0 y asistió a Pablo Vitti y Federico Almerares en otras dos conquistas. Quien le dejó su lugar en el césped fue... Barrientos, quien había convertido un doblete antes de la irrupción de la entonces enigmática promesa rosarina.

La primera vez que vieron jugar a Messi: “Teníamos un lindo grupo, éramos todos de la misma edad, nos cagábamos de risa todo el tiempo. La primera vez que lo vimos, él venía de afuera, y lo saludamos, por supuesto, en AFA predomina el respeto antes que cualquier otra cosa. Pero cuando lo vimos jugar nos miramos entre todos. Agarró la pelota y aceleró de 0 a 100 como si nada.

En ese momento, reveló que se quedó con una camiseta del 10. “Una vez, por Eliminatorias contra Chile, fui al banco, y me senté al lado. Él usaba el N° 18, te daban dos camisetas por tiempo. Entre el primero y el segundo dejó una ahí y... Me la quedé. No creo ni que sepa. Ahora se entera, por esta nota (entre risas).

“Jugamos una primera parte de torneo espectacular, jugamos con Brasil y le ganamos 2-1. Si hubiesen estado las estadísticas como están hoy, capaz hubiese sido elegido la figura, en las dos jugadas de gol estuve involucrado”, explicó.

Por esos años, el cuerpo técnico de Pekermann y Tocalli comparaban a “Pitu” con Riquelme: “Yo no me fijaba mucho esas cosas. No me gustaba mirar el diario, porque por ahí me ponían 5 de puntaje y me daba bronca. O me ponían un 6 y decía, ‘jugué mejor’”.